viernes, 9 de octubre de 2015

Ciencia neurológica

Representación del cerebro -¿la mente?- humano

En la página 302 del libro digo:


"En ciencia neurológica o genética pasa algo similar. Se buscan explicaciones a todos esos fenómenos humanos en las neuronas o en los genes. Y… no se encuentran. Sí, es cierto que diariamente recibimos cantidad de noticias sensacionalistas como que el amor depende de la oxitocina[1] o que se ha descubierto el gen de la homosexualidad o el remedio para curar la adicción al alcohol. Pero si hurgamos en las fuentes primarias de esas noticias, pronto nos desencantamos. O no se entiende nada, o lo que dicen es mentira o, en el menos malo de los casos, los propios autores de las investigaciones reconocen la limitación de las mismas. Esto último, afortunadamente, es lo que ocurre en la mayor parte de ocasiones. Los investigadores académicos están obligados a publicar en revistas científicas para mantener su estatus, sus subvenciones o sus puestos en la universidad. Y eso lleva a que se den ciertos desmanes. Pero también están obligados a reconocer las limitaciones de sus investigaciones. Y lo hacen, menos mal. La mayoría.
Pero ese tipo de revistas científicas a que me refiero se constituyen en fuente de noticias para publicaciones populacheras y sensacionalistas con titulares del tipo “Oxitocina, la hormona responsable del amor” (periódico ABC, 18/04/2015); “La homosexualidad está escrita en los genes” (revista Muy Interesante, 3/007/2014); “Una pastilla para curar el alcoholismo” (periódico La Razón, 02/03/2013); y así casi hasta el infinito.
Observa que estos casos parten al menos de la honestidad de los investigadores originales; honestidad distorsionada por los medios sensacionalistas. Pero otros casos ni siquiera eso. Son los que se inventan gurús, predicadores y gente así. Estos mienten siempre directamente. Ni siquiera distorsionan. Mienten, plagian y copian. No saben hacer otra cosa…
¿Me permites un consejo? Hasta ahora no te he dado ninguno ni creo que lo vuelva a hacer en lo que queda de este libro. No es mi estilo. Pero bueno, ahora lo hago. Si te parece que tiene sentido, lo sigues. Si no, pues no. Evidente.
Cuando leas noticias de esas características, no te las creas nunca. Si de verdad te interesa el asunto comprueba que en la noticia se referencien fuentes primarias. Si no se hace, olvídate del asunto y busca en otro lugar. Si lo hacen, comprueba que las fuentes primarias son fiables en el entorno de las ciencias positivistas. Profundiza. Y, aun así, sigue sin creerte nada. Nada de lo que hayas leído y en lo que hayas profundizado es verdad. Pero esa actividad te ayudará a hacerte una idea más o menos general del estado de la cuestión en concreto.

Por cierto, te recomiendo que hagas exactamente lo mismo con esto que estás leyendo, claro.


[1] La oxitocina es como la hormona de las emociones; la que da estabilidad a nuestras emociones. Si tenemos mucha, nos enamoramos con facilidad y somos seres encantadoramente sociables. Si nos falta, es posible que nos convirtamos en unos auténticos psicópatas…"


Pues bien, hoy -gracias a mi amigo Luis Sztyglic- he encontrado esta noticia "El cableado de su cerebro revela su verdadero yo" nada más y nada menos que en "Scientific American". Desde luego, no digo que esta publicación sea una de peluquería y paraeta o kiosko malo (¿o sí?). Ni tampoco quiero tener razón ni demostrar nada. Pero si entras al artículo, ya me dirás si tiene algo que ver con el titular... Al margen de la calidad y cienficidad del mismo (atención al método)...

¡Ah!, aquí tienes el enlace... http://www.scientificamerican.com/espanol/noticias/el-cableado-de-su-cerebro-revela-su-verdadero-yo/

En fin...

¡Saludos!!!

Josep

No hay comentarios:

Publicar un comentario