Representación del cerebro -¿la mente?- humano |
En la página 302 del libro digo:
"En ciencia
neurológica o genética pasa algo similar. Se buscan explicaciones a todos esos
fenómenos humanos en las neuronas o en los genes. Y… no se encuentran. Sí, es
cierto que diariamente recibimos cantidad de noticias sensacionalistas como que
el amor depende de la oxitocina[1] o que se ha descubierto el gen de la homosexualidad o
el remedio para curar la adicción al alcohol. Pero si hurgamos en las fuentes
primarias de esas noticias, pronto nos desencantamos. O no se entiende nada, o
lo que dicen es mentira o, en el menos malo de los casos, los propios autores
de las investigaciones reconocen la limitación de las mismas. Esto último,
afortunadamente, es lo que ocurre en la mayor parte de ocasiones. Los
investigadores académicos están obligados a publicar en revistas científicas
para mantener su estatus, sus subvenciones o sus puestos en la universidad. Y
eso lleva a que se den ciertos desmanes. Pero también están obligados a reconocer
las limitaciones de sus investigaciones. Y lo hacen, menos mal. La mayoría.
Pero
ese tipo de revistas científicas a que me refiero se constituyen en fuente de
noticias para publicaciones populacheras y sensacionalistas con titulares del
tipo “Oxitocina, la hormona responsable
del amor” (periódico ABC,
18/04/2015); “La homosexualidad está
escrita en los genes” (revista Muy Interesante,
3/007/2014); “Una pastilla para curar el
alcoholismo” (periódico La Razón,
02/03/2013); y así casi hasta el infinito.
Observa
que estos casos parten al menos de la honestidad de los investigadores
originales; honestidad distorsionada por los medios sensacionalistas. Pero
otros casos ni siquiera eso. Son los que se inventan gurús, predicadores y
gente así. Estos mienten siempre directamente. Ni siquiera distorsionan. Mienten,
plagian y copian. No saben hacer otra cosa…
¿Me
permites un consejo? Hasta ahora no te he dado ninguno ni creo que lo vuelva a
hacer en lo que queda de este libro. No es mi estilo. Pero bueno, ahora lo
hago. Si te parece que tiene sentido, lo sigues. Si no, pues no. Evidente.
Cuando
leas noticias de esas características, no te las creas nunca. Si de verdad te
interesa el asunto comprueba que en la noticia se referencien fuentes
primarias. Si no se hace, olvídate del asunto y busca en otro lugar. Si lo hacen,
comprueba que las fuentes primarias son fiables en el entorno de las ciencias
positivistas. Profundiza. Y, aun así, sigue sin creerte nada. Nada de lo que
hayas leído y en lo que hayas profundizado es verdad. Pero esa actividad te
ayudará a hacerte una idea más o menos general del estado de la cuestión en
concreto.
[1] La oxitocina es como la hormona de las
emociones; la que da estabilidad a nuestras emociones. Si tenemos mucha, nos
enamoramos con facilidad y somos seres encantadoramente sociables. Si nos
falta, es posible que nos convirtamos en unos auténticos psicópatas…"
Pues bien, hoy -gracias a mi amigo Luis Sztyglic- he encontrado esta noticia "El cableado de su cerebro revela su verdadero yo" nada más y nada menos que en "Scientific American". Desde luego, no digo que esta publicación sea una de peluquería y paraeta o kiosko malo (¿o sí?). Ni tampoco quiero tener razón ni demostrar nada. Pero si entras al artículo, ya me dirás si tiene algo que ver con el titular... Al margen de la calidad y cienficidad del mismo (atención al método)...
¡Ah!, aquí tienes el enlace... http://www.scientificamerican.com/espanol/noticias/el-cableado-de-su-cerebro-revela-su-verdadero-yo/
En fin...
¡Saludos!!!
Josep
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