miércoles, 28 de octubre de 2015

Presentación del libro en Tenerife

Con Mamen y Doli
El pasado día 24 tuvimos el honor de presentar el libro en San Cristóbal de La Laguna, Tenerife, en un ambiente distendido, informal y dialógico.

El acto se inició con una conversación con las doctoras Mamen Muñoz y Doli García, quienes abrieron el camino narrando historias (de las que se pueden contar, claro...).

Con Harlene
A continuación Harlene Anderson tuvo la gran amabilidad de decir unas palabras entre las que destacó los riesgos no sólo de la escritura, sino de la publicación, deseando lo mejor para este libro que acaba de nacer.


Luego continuamos con un animado debate en el que hablamos (casi) de todo lo humano y lo divino; y con la tradicional dedicatoria de ejemplares. 

Con Laritza Rodríguez
Como todo lo acontecido el fin de semana, este fue un momento tremendamente emotivo para el autor. Tanto por el lugar que tan bien me ha acogido siempre que he estado por ahí como por la compañía de grandes amigas y amigos. Imposible citaros a todas/os. Pero, eso sí, quiero daros desde aquí unas tremendas!GRACIAS!!!

Próximamente haremos otras presentaciones en otros lugares. Lo iremos anunciando debidamente por este espacio.

¡Saludos!!!

lunes, 19 de octubre de 2015

Sobre 'individuos' y 'personas'

Foto: Sara Olivé


"Como seres dubtantes y parlantes somos muy diferentes; aunque siempre dudamos de las mismas cosas y parlamos más o menos igual. Pero las formas de dudar y de parlar son diferentes en función de los tremendos diferentes contextos sociohistóricos y culturales en que cada persona nos desarrollamos. Y quiero detenerme aquí unos instantes.
No suelo hablar de individuos, sino de personas. ¿Cómo es eso? ¿No son lo mismo? No. El concepto de individuo me retrotrae a la idea de la Razón absoluta propia de la Ilustración (y de la Modernidad sabihonda) o a la del Sentimiento infinito propio del Romanticismo (y también de la Modernidad vulgar). Ahora ya en la Postmodernidad global y posthumana somos un compendio de entrecruces; de millones de trenzados sociales, raciales, de género, tecnológicos, biopolíticos, literarios, imaginarios, culturales así, e históricos también, claro. De todos esos entrecruces entrelazados, trenzados y siempre en movimiento aparece por pura inferencia lingüística la sensación de individualización, incluso la de subjetivación como proceso y la de subjetividad como cosa.
Es decir, yo soy porque digo que soy. Y diciéndolo corporalizo el imaginario de la individualidad y todo lo que va asociado a ella: la personalidad, el carácter, la forma de ser y todo lo demás. También mi mentalidad como humano. No hay ninguna evidencia estable de que yo sea yo más que a través de lo que creo que son mis sensaciones. Pero creer en algo es hablar de algo. Eso es mucho; no le quito valor en un sentido práctico. Y, desde luego, hay una fisicidad que importa (sobre todo cuando tomo el Transmilenium en Bogotá). O sea que mi fisicidad (mi corporalidad) ocupa un lugar en el espacio. Imposible negar esto. Pero ¿qué significado tiene mi ocupación del espacio? ¿Para mí y para más personas? ¿Tiene el mismo sentido -significado así, si se quiere- el cuerpo de Rosita en el Transmilenium, acostumbrada como está a usarlo, mientras se ríe -sonríe- cariñosamente de mí viendo la cara de terror que se me pone al sentirme aplastado por la multitud en un espacio tan pequeño?
Parece que dentro de todo lo que tenemos en común, tenemos mucho también muy diverso. ¿Cómo se puede explicar, entonces, que muchísimos psicólogos profesionales -y psiquiatras e, incluso, meditadores, espiritualistas, vendedores de crecepelo[1] y otros predicadores- dediquen tremendos esfuerzos a igualarnos predeterminándonos muchas veces desde teorías cognitivas, genéticas, biologicistas, neuróticas (perdón, neuronales), sociales y también espirituales? ¿Cómo es que pasamos por la Academia -quienes pasamos; los vendedores de crecepelo normalmente no- y salimos de ella armados de un potencial de guerra tremendo para dominar a la Humanidad? ¿Quiénes somos, qué poder tenemos para pretender cambiar la vida de los demás, así, sin más ni más; aun incluso siendo que los demás nos lo pidan?
Permíteme dejar por ahora a predicadores y vendedores de crecepelo -volveré sobre ellos- y centrarme en la psicología. A ver.
Reconozco que no sé definir la psicología. Dicen que es el estudio de la mente humana, de la conducta, de la psique, de lo que hacemos, decimos o pensamos. O de lo que decimos que hacemos o pensamos. En fin, todas esas definiciones pueden cuadrar o no con parcelas de lo que entiendo un poco que es la psicología. Durante capítulos anteriores he dedicado bastantes líneas y esfuerzos a evocar lo que ha sido -y, por tanto, es- la mentalidad humana a lo largo de algunos periodos más o menos históricos. He intentado aclarar un poco lo que somos viendo cómo hemos sido. También a esbozar algunos de los grandes asuntos que ejercen influencia en nuestra mentalidad. Pero sigo sin saber qué es la psicología. La verdad es que tampoco me importa demasiado. En general creo que nos entendemos bastante bien cuando hablamos sobre esas cosas: mente, psique, conducta y todo eso. Podríamos hablar también un poco sobre el espíritu humano. En algún momento me he referido antes al espíritu de la época. Paremos aquí otro poco otra vez".


[1] No estoy poniendo a todos en el mismo cajón. Más tarde hablaré de todo esto. Pero permíteme ahora que escriba de este modo, pues todos estos y más pretenden igualarnos, usando tecnologías bio/espirituales, morales, teóricas y normativas-políticas con el fin único de dominarnos.


Páginas 215 y 216


domingo, 18 de octubre de 2015

Presentación del libro en Tenerife

El próximo día 24, a las 8 de la tarde presentaremos el libro en Tenerife, concretamente en el Café Siete, calle Del Juego, 7, La Laguna.

Durante el breve acto informal nos acompañarán, entre otras/os amigas y amigos, las doctoras en Psicología y profesoras de la Universidad de La Laguna, Carmen Muñoz y Dolores García; y también la Doctora Harlene Anderson.

Permíteme, copiar algún párrafo del libro en el que me refiero a Harlene, concretamente en el apartado que titulo "Especial Harlene Anderson: las prácticas colaborativas y dialógicas" (página 327).


"Harlene es una persona peculiar. No fue hasta el 2012 que la conocí, durante un congreso organizado por el Taos Institute y el Instituto Kanankil en Mérida, Yucatán, México. Ya he comentado que quedo impresionado. Sabía de su obra -especialmente del libro que ahora me sirve un poco como guía- gracias a Mary Gergen, quien me lo recomendó por el 2004.

La psicóloga publica en 1994, en el Journal of Marital and Family Therapy: “Repensando la Terapia Familiar: un balance delicado”. En el mismo reconoce que la terapia familiar ha cumplido un sustancial e innegable papel en las profesiones relacionadas con la salud mental en general. Pero propone ir más allá de la misma:



Paradójicamente, es esta concepción básica de la relación (... el cambio de ver el comportamiento humano desde una perspectiva intrapsíquica a verlo en el contexto de los sistemas humanos...) lo que mueve a la terapia familiar, para algunos, más allá de la terapia familiar (p. 145).



Más tarde, en 1997 Anderson publica el libro “Conversación, lenguaje y posibilidades. Un enfoque posmoderno de la terapia”. En cierto modo esto supone el inicio de un nuevo paradigma en psicoterapia: el postmoderno, basado en la línea construccionista social de Kenneth J. Gergen y el Taos Institute, constituido a principios de los años noventa y del que Anderson es cofundadora. De alguna manera, el cambio de punto de vista se ve casi forzado por la publicación de “El yo saturado. Dilemas de identidad en el mundo contemporáneo” (Gergen, 1991), texto seminal y en torno a cuyas propuestas prácticamente se dan cita los fundadores del citado Instituto[1].

Nuestra autora -profundamente entrenada en técnicas de enfoque familiar y cofundadora también junto a Harry Goolishian y presidenta del Houston Galveston Institute (antes Galveston Family Institute) en 1978- propone que es en el lenguaje -en su uso- y en la conversación donde se dan tanto el trastorno psicológico como su posible reconstrucción, ya que es mediante el lenguaje a través de lo que se construye la realidad social -también la familiar-.

En esos momentos la filosofía del lenguaje, el postmodernismo, el pos-estructuralismo, el análisis del discurso, la etnometodología, la hermenéutica,… van inundando poco a poco el mundo de la psicología social, la terapéutica, la del desarrollo,… inspirados en las propuestas teóricas y prácticas de diversos autores y también de diversas disciplinas que Anderson revisa en la primera parte de su libro.

(...)

Definir las premisas filosóficas de Harlene Anderson tiene su complicación. Efectivamente, no es posible hablar de una filosofía más o menos estructurada al estilo de los antiguos griegos o de los pensadores de la Ilustración –con sus discusiones en torno al racionalismo y el empirismo- o los más contemporáneos del existencialismo, el positivismo, el estructuralismo o incluso, aunque esto sería discutible, del post-estructuralismo. Eso no quiere decir que esas premisas no se sustenten en unas bases teóricas ciertamente sólidas, aunque sujetas a cambio y revisión. Esas bases aparecen constantemente en el libro fundamental de la norteamericana danzando entre el sustento teórico –y crítico- y la práctica cotidiana. Diferentes revisores de su obra estarán seguro de acuerdo en algunas de ellas; pero pondrán el acento en otras. Al final, se trata de un trabajo de adopción.   

(...)

Harlene insiste en que los significados de nuestro interlocutor no tienen por qué ser iguales que los nuestros. Ni mejores ni peores. La famosa postura del no-saber no implica una ignorancia de nuestros propios supuestos, sino una valoración de los del otro para, juntas, generar una nueva mirada que posibilite, no que cierre.
Y eso es acción relacional. No hay ningún sentido en algo que no actúe y que no se relacione. Sin sentido no hay significado. Y el sentido puede ser muy amplio. Puede ser científico, racional y positivista. Pero también puede ser creativo y poético sin, por ello, dejar de ser real y racional.
Y es esa poética y creatividad la que facilita que el actor psicosocial postmoderno huya de manuales al estilo del DSM y actúe más como un facilitador de procesos compartidos que puedan promover la emergencia de nuevas formas de vida quizá más funcionales para la persona que sufre, para la organización que se ha desorganizado, para el aprendiz que no aprende, para el investigador que no adelanta en sus pesquisas, para la persona en riesgo de exclusión social o para la comunidad en conflicto constante".







[1] Conversación con Keneth y Mary Gergen durante el XVIII Congreso de Psicoterapia. Valencia, julio, 2012. Ver también: http://www.taosinstitute.net/brief-history

El autor con Harlene y Sara Olivé en Barcelona. Octubre, 2014
 ¡Os esperamos!!!

Josep



domingo, 11 de octubre de 2015

Actualización FE DE ERRATAS




He actualizado este apartado. Introduzco "Aclaraciones" (por ejemplo, la de la página 103) y lo ordeno por número de página. Espero que te sea de utilidad. Y si detectas alguna, por favor no dudes en escribirme, josepsegui@umansenred.com. Te lo agradeceré muchísmo.

FE DE ERRATAS Y ACLARACIONES

Gracias a la colaboración de amigas/os y lectores vamos detectando algunas erratas en el libro. Esto me ayudará a mejorar futuras ediciones. Agradezco cualquier comunicación al respecto. Por ahora las iré actualizando por aquí...

- Índice; Capítulo cinco. En el apartado 'Psicología práctica: especulación, conceptualización y cuidado', se señala que inicia en página "308". Debería decir "309".

- Página 85/86. Al hablar de la sífilis de Friedrich Nietzsche, digo que "La sífilis es un proceso vírico". Como me señala mi amigo el psiquiatra y psicoterapeuta Benjamín Cortés, esa enfermedad no es causada por un virus, sino por un protozoario. ¡Muchas gracias Benjamín!!!

- Página 103. En el tercer párrafo digo que "el método experimental tiene una fuerte dependencia de las características del hecho u objeto de la experimentación". Esto, tal cual y sin tener en cuenta lo explicado anteriormente, es una tautología. Lo que quiero decir es que no tiene ningún sentido diseñar un experimento previamente al contacto íntimo con el objeto de experimentación. Así expresado es muy obvio. Sin embargo, eso ocurre muy a menudo en ciencias sociales...

- Página 297. En el cuarto párrafo, 'Al empezar la chica...' donde dice "Javier" debería decir "Francisco".

- Páginas 348 (párrafo 5; línea 11) y 380 (párrafo 6; línea 1). Donde dice "consultante" debería de decir "consultor".

¡Saludos!

Josep

viernes, 9 de octubre de 2015

¿Qué es la mente humana?

Ciencia neurológica

Representación del cerebro -¿la mente?- humano

En la página 302 del libro digo:


"En ciencia neurológica o genética pasa algo similar. Se buscan explicaciones a todos esos fenómenos humanos en las neuronas o en los genes. Y… no se encuentran. Sí, es cierto que diariamente recibimos cantidad de noticias sensacionalistas como que el amor depende de la oxitocina[1] o que se ha descubierto el gen de la homosexualidad o el remedio para curar la adicción al alcohol. Pero si hurgamos en las fuentes primarias de esas noticias, pronto nos desencantamos. O no se entiende nada, o lo que dicen es mentira o, en el menos malo de los casos, los propios autores de las investigaciones reconocen la limitación de las mismas. Esto último, afortunadamente, es lo que ocurre en la mayor parte de ocasiones. Los investigadores académicos están obligados a publicar en revistas científicas para mantener su estatus, sus subvenciones o sus puestos en la universidad. Y eso lleva a que se den ciertos desmanes. Pero también están obligados a reconocer las limitaciones de sus investigaciones. Y lo hacen, menos mal. La mayoría.
Pero ese tipo de revistas científicas a que me refiero se constituyen en fuente de noticias para publicaciones populacheras y sensacionalistas con titulares del tipo “Oxitocina, la hormona responsable del amor” (periódico ABC, 18/04/2015); “La homosexualidad está escrita en los genes” (revista Muy Interesante, 3/007/2014); “Una pastilla para curar el alcoholismo” (periódico La Razón, 02/03/2013); y así casi hasta el infinito.
Observa que estos casos parten al menos de la honestidad de los investigadores originales; honestidad distorsionada por los medios sensacionalistas. Pero otros casos ni siquiera eso. Son los que se inventan gurús, predicadores y gente así. Estos mienten siempre directamente. Ni siquiera distorsionan. Mienten, plagian y copian. No saben hacer otra cosa…
¿Me permites un consejo? Hasta ahora no te he dado ninguno ni creo que lo vuelva a hacer en lo que queda de este libro. No es mi estilo. Pero bueno, ahora lo hago. Si te parece que tiene sentido, lo sigues. Si no, pues no. Evidente.
Cuando leas noticias de esas características, no te las creas nunca. Si de verdad te interesa el asunto comprueba que en la noticia se referencien fuentes primarias. Si no se hace, olvídate del asunto y busca en otro lugar. Si lo hacen, comprueba que las fuentes primarias son fiables en el entorno de las ciencias positivistas. Profundiza. Y, aun así, sigue sin creerte nada. Nada de lo que hayas leído y en lo que hayas profundizado es verdad. Pero esa actividad te ayudará a hacerte una idea más o menos general del estado de la cuestión en concreto.

Por cierto, te recomiendo que hagas exactamente lo mismo con esto que estás leyendo, claro.


[1] La oxitocina es como la hormona de las emociones; la que da estabilidad a nuestras emociones. Si tenemos mucha, nos enamoramos con facilidad y somos seres encantadoramente sociables. Si nos falta, es posible que nos convirtamos en unos auténticos psicópatas…"


Pues bien, hoy -gracias a mi amigo Luis Sztyglic- he encontrado esta noticia "El cableado de su cerebro revela su verdadero yo" nada más y nada menos que en "Scientific American". Desde luego, no digo que esta publicación sea una de peluquería y paraeta o kiosko malo (¿o sí?). Ni tampoco quiero tener razón ni demostrar nada. Pero si entras al artículo, ya me dirás si tiene algo que ver con el titular... Al margen de la calidad y cienficidad del mismo (atención al método)...

¡Ah!, aquí tienes el enlace... http://www.scientificamerican.com/espanol/noticias/el-cableado-de-su-cerebro-revela-su-verdadero-yo/

En fin...

¡Saludos!!!

Josep